Acusaciones de dopaje ponen bajo lupa la exitosa carrera de Alex Rodríguez
El beisbolista de los Yankees de Nueva York enfrenta acusaciones de consumir sustancias prohibidas, que ponen en jaque una exitosa carrera
Por Michael Martinez

No ha sido fácil.
Ha habido momentos de glamour: la
superestrella del béisbol salió con Madonna, Kate Hudson y Cameron Diaz, entre
otras. Guapo,
rico y apuesto, A-Rod es considerado
un hombre seductor. Los tabloides amaban todo y alguna vez lo renombraron
“Stray-Rod”. El comportamiento exagerado le costó su matrimonio en 2008, en el
que tuvo dos hijos.
En el diamante, el desempeño del
bateador ha sido excepcional, aunque se recupera de una cirugía de cadera que
se realizó fuera de la temporada y, más recientemente, del tirón de un
cuádriceps este año.
Su larga lista de logros lo hacen
una leyenda viviente que aún está en el juego y los fanáticos saltan al campo
solo para ver al gran Alex Rodríguez con el bate una vez más.
El
tercera base de los Yankees de Nueva York fue tres veces JMV de la Liga
Americana, 14 veces All-Star y dos veces Guante de Oro. Tiene un
anillo de la Serie Mundial, con los Yankees en 2009.
Sin embargo, los récords de
béisbol se han manchado por su previo reconocimiento de uso de sustancias
prohibidas a principios de la década de 2000 y por nuevas acusaciones el año
pasado de utilizar sustancias que mejoran el rendimiento.
Esos escándalos tienen mayor
significado debido a la marca única de Rodríguez en el béisbol: tiene el mayor
contrato en los deportes estadounidenses, con 275 millones de dólares en 10
años, que firmó con los Yankees en 2007.
Sus
detractores lo llaman el peor contrato en la historia debido a la salud de
Rodríguez, a sus lapsos de juego y a su picardía, incluida la vez en la que
coqueteó con dos fanáticas rubias sentadas cerca del dugout de los Yankees en un partido de playoffs en octubre. El equipo fue barrido en
la Serie de Campeonato de la Liga Americana.
Se supone que esta temporada
comenzará como el último hurra para Rodríguez, los primeros versos de una
canción. Incluso lo reconoció. Acaba de cumplir 38 años el 27 de julio y se
recuperaba de su segunda cirugía de cadera desde 2009; “definitivamente la
cirugía más difícil que he tenido que superar”, dijo a CNN.
Rodríguez
está a punto de superar grandes hitos: 3,000 tiros, 2,000 carreras impulsadas y
2,000 carreras. Ahora tiene 647 home runs y aunque
admitió que no es el bateador que solía ser, quizá un par de temporadas más
podrían ponerlo en la marca de los 700.
Recientemente expresó la urgencia
del momento.
“Mira, no
hay nada que esconder. Ya no soy ningún jovencito. Ya no tengo 28 años. Voy a
cumplir 38 en julio. Pero creo que puedo contribuir”, dijo Rodríguez el mes
pasado. “Creo que puedo ser una fuerza en la alineación media, un bateador
derecho para nuestro equipo, pero estoy en una etapa diferente de mi carrera.
¿Es realista salir y hacer 40, 50 home runs? No lo creo.
¿Pero puedo salir y tener noches como la pasada y hacer eso varias veces a la
semana? Creo que sí”.
Rodríguez
se refería a su home run en un partido de una liga menor a
mediados de julio, donde probaba su cadera reparada quirúrgicamente. La fecha
de regreso a la alienación de los Yankees ha sido un misterio toda la
temporada.
La lesión no lo ayudó en una
controversia mayor sobre su salud: Rodríguez fue acusado de tener vínculos con
la ahora cerrada clínica antienvejecimiento Biogenesis en el sur de Florida,
Estados Unidos y con la ingesta de sustancias que mejoran el rendimiento.
Rodríguez negó la acusación. Los
riesgos se intensifican debido a que no es la primera vez que enfrenta
problemas sobre dopaje.
En 2009, reconoció utilizar “una
sustancia prohibida” durante tres años cuando jugaba para los Rangers de Texas,
lo que comenzó en 2001. En los reportes de los medios se dijo que las
sustancias eran esteroides, y los expertos lo renombraron “A-Roid”.
El reconocimiento (junto con las
acusaciones recientes) podrían alterar su legado: algunos analistas deportivos
dicen que Rodríguez podría luchar, una vez que se retire, para entrar al
proceso de selección de votos en el Salón de la Fama.
En cualquier forma en que la
historia lo pueda juzgar, no hay duda de cómo Rodríguez logró gran parte de su
vida.
Su historia es una que va de la
pobreza a la riqueza: nació en la ciudad de Nueva York, hijo de padres
inmigrantes de República Dominicana. Su padre era un vendedor de zapatos y
receptor en un equipo de béisbol profesional dominicano. Su madre tenía dos
trabajos, mesera y secretaria.
Sus padres hicieron que se mudara
junto con sus otros dos hijos a República Dominicana cuando Alex tenía cuatro
años. La familia entonces se mudó al área de Miami, Estados Unidos, cuando Alex
tenía ocho años.
Posteriormente, sus padres se
divorciaron, pero no antes de que Alex aprendiera algo de béisbol de su padre.
Su madre lo envió a una escuela
privada cristiana, donde se convirtió en una persona bien cuidada, bien educada
y un atleta de preparatoria que destacaba en casi cada deporte.
A los 18
años, con 1.87 y 88.4 kilogramos, jugaba para los Marineros de Seattle como shortstop.
Mucho más grande que el shortstop normal, ayudó a redefinir la posición.
Ganó muchos premios y honores en
Seattle, luego en los Rangers de Texas, y finalmente en los Yankees, que lo
contrataron en 2004.
A medida que se volvió rico, donó
millones a organizaciones altruistas, incluido dinero para instalaciones y
becas que benefician a los jóvenes en los Clubs Boys & Girls de Miami-Dade
en el sur de Florida.
Rodríguez nunca olvidó que pasó
mucho tiempo en el club de Miami cuando era niño y sus padres se habían
divorciado.
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