sábado, 13 de abril de 2013


Elecciones Venezuela 2013: ¿Tiene Henrique Capriles posibilidades de derrotar al chavismo y a Maduro?


Capriles advierte que aumentarán los rumores para generar miedo en Venezuela
Temas
Cuando se publicaron los resultados de los últimos comicios presidenciales en Venezuela, anunciando la reelección de Hugo Chávez, muchos se jactaron de haber esperado ese desenlace. Las encuestadoras que pronosticaban el triunfo holgado del candidato opositor, Henrique Capriles Radonski, quedaron mal paradas. Y quienes describieron esas votaciones como las más difíciles de predecir desde que Chávez asumió el poder en 1998 fueron tachados de ingenuos, pese a que tenían razón.

El oficialismo ganó las elecciones del 7 de octubre de 2012 con 8.191.132 votos (55,07 por ciento), pero esa victoria fue la más ajustada en la carrera política de Chávez. Por su parte, la oposición obtuvo 6.591.304 de los votos (44,31 por ciento) gracias al respaldo de un contingente que no la había apoyado en los comicios de 2006. Es decir, que si la base electoral de Chávez se fortaleció con alrededor de 882.000 nuevos seguidores, la de la oposición se robusteció con casi 2.299.000. El único oráculo que previó un escenario como ese fue la encuestadora Datanálisis.
Lo que nadie podía presagiar en ese momento, debido al secretismo en torno a su enfermedad, era que el hombre fuerte de Caracas moriría el 5 de marzo sin haber tomado posesión del cargo para el que fue reelegido. La prolongada hospitalización de Chávez le impidió juramentarse en la ceremonia con que debe inaugurarse cada nuevo Gobierno, según la Constitución venezolana. De ahí que este 14 de abril sus compatriotas acudan de nuevo a las urnas para nombrar a su sucesor. ¿Qué tan difícil es vaticinar los resultados de estas elecciones?
"Aunque factores coyunturales siempre pueden propiciar patrones de votación completamente inesperados, yo creo que el candidato oficialista, Nicolás Maduro, ganará estos comicios", dice Leslie Wehner, investigador del Instituto Alemán de Estudios Globales y Regionales (GIGA) de Hamburgo. "Las razones abundan. Una de ellas es que, a un mes de su fallecimiento, Chávez y su palabra son objeto de una veneración sin precedentes en Venezuela. Y Chávez pidió a sus partidarios que votaran por Maduro si él llegaba a morir", acota Wehner.
La suerte de Maduro
"Maduro ha articulado unos discursos muy desafortunados en los últimos días, pero eso no le restará muchos votos porque la campaña electoral ha sido muy corta (del 2 al 11 de abril). La brevedad de la campaña lo favorece más a él, como heredero político natural de Chávez, que al representante de la oposición aglutinada en la Mesa de la Unidad Democrática (MUD)", sostiene el analista del GIGA. El politólogo Peter Birle, del Instituto Iberoamericano (IAI) de Berlín, coincide con Wehner en que el delfín de Chávez ha tenido suerte.
"La decisión de convocar a nuevas elecciones presidenciales en abril, y no más tarde, benefició mucho a Maduro. Si el Gobierno hubiera tardado más en hacer el llamado a las urnas, los problemas concretos del país ejercerían una mayor influencia sobre la intención de voto de la gente. En ese caso, hasta los simpatizantes del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) habrían empezado a preguntarse '¿qué representa Maduro realmente?' o '¿qué podemos esperar de Maduro como presidente?' ", señala Birle.
El peso de los problemas irresueltos
El auge de la violencia criminal, el aumento de la inflación, la escasez de alimentos, el mal funcionamiento de los servicios públicos y otros fenómenos que caracterizan a la actual crisis económica y social de Venezuela afectan a todos sus ciudadanos, independientemente de sus filiaciones políticas. Es por eso que el experto de Berlín da por sentado que estos tópicos tendrán tanta relevancia en estas elecciones como en las anteriores. "Si estos temas no tuvieran peso, la base electoral de la oposición no habría crecido como lo hizo en 2012", razona Birle.
El PSUV ha tomado consciencia de ello y ha empezado a reconocer la existencia de problemas irresueltos, como el de la inseguridad ciudadana. "Este asunto fue tratado de una manera muy ambigua durante el mandato de Chávez (1999-2013); creo que Maduro obró inteligentemente al abordarlo frontalmente e insistir en que será una de sus prioridades como presidente. Él no llega al punto de explicar cómo combatirá la delincuencia; pero esos no son detalles que él deba dar necesariamente en este instante", comenta Wehner.