jueves, 25 de julio de 2013

Nuevos detalles de la declaración del maquinista revelan el exceso de velocidad con que tomó la curva P El conductor intentó frenar al activarse el sistema de seguridad.

“Tenía que ir a 80 y voy a 190”
SONIA VIZOSO

Santiago de Compostela

para: Observando Tu Noticias

 Nuevos detalles de la declaración del  maquinista revelan el exceso de velocidad  con que tomó la curva P El conductor intentó frenar al activarse el sistema de  seguridad.
La investigación por el accidente del tren  de Santiago, el más grave de España  en los últimos 40 años, gira sobre un  punto y una hora: las 20.41 del  miércoles y la curva de A Grandeira, en  el barrio de Angrois, situada a cuatro  kilómetros de la estación de Santiago de  Compostela. Ahí, los sistemas de alerta  de la vía férrea saltaron al detectar que  Francisco José Garzón Amo, el conductor del Alvia
Procedente de Madrid, circulaba a 190 kilómetros por hora, cuando no debía superar los 80. La alarma, según ha reconocido el propio maquinista, se activó en el cuadro de mando y él intentó frenar, sin poder evitar la tragedia. El conductor,
tras descarrilar el tren, llamó desde su móvil al servicio de 24 horas de emergencias y dijo: “Tenía que ir a 80 y voy a 190”. En la grabación, aportada el miércoles al juez, la frase figura literalmente en presente aunque el accidente ya había ocurrido. La compañía Talgo, que tiene controles internos de velocidad en sus convoyes, confirmó ayer a las autoridades que el tren iba a “velocidad extrema”. En el siniestro han muerto al menos 80 personas. Otras 32 permanecen en estado crítico. El juez ya ha ordenado que la policía tome declaración al maquinista como imputado en el hospital donde permanece custodiado. El accidente fue grabado por una cámara instalada en las vías. Las imágenes muestran cómo el tren tomó la curva de A Grandeira a gran velocidad. La locomotora salvó el viraje, pero los dos primeros vagones se salieron de los raíles e impactaron de lleno en el talud sobre el que se elevan las viviendas del barrio de Angrois. “El conductor se pasó de velocidad, luego intentó frenar pero ya no pudo”, afirma David Manso Fernández, una de las víctimas del siniestro, desde la cama del hospital de Montecelo, en Pontevedra, en el que se recupera. El sistema de seguridad instalado en el tramo del siniestro es el que se usa en una vía convencional, y solo permite frenar el tren automáticamente en caso de que supere los 200 kilómetros por hora. El sindicato de maquinistas

se agarra a ese dato para asegurar que la tragedia “se podía haber evitado” si en ese tramo hubiera funcionado un sistema más avanzado. 

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